viernes, 29 de febrero de 2008

Aqui Teneis a Mi Mujer

Hola amigos, soy el sapoverde. Creo que ha llegado el momento de presentaros a mi mujer. Ella es madurita de 39 aƱos y un par de embarazos. Pero a mi me encanta. Llevamos juntos la friolera de 19 aƱos y mi fantasia es de cornudo total. Me gustari que se la follaran un par de tios delante mia, o tres o cuatro, mientras me dejasen verlo o grabarlo. Ya me direis que os parece. Me que os pajearais con ella, acepto comentarios cuanto mas soeces y borricos mejor. Gracias.
Email; raul.seguridad@hotmail.com

martes, 26 de febrero de 2008

CONTRATO DE CORNUDO

Este es un contrato de vida doméstica entre el cornudo _____________ y su querida novia/esposa _____________ , que regirÔ su relación de ama y cornudo sumiso durante el resto de sus vidas.
Esta serÔ una relación 24/7 (las 24 horas del día, los siete días de la semana) lo que significa que tú serÔs el cornudo sumiso de tu ama incluso durmiendo.
Esto no es un juego de pareja de fin de semana o una escenita de una noche, sino que serƔ el modo de vida permanente las veinticuatro horas del dƭa, los siete dƭas de la semana y los trescientos sesenta y cinco dƭas del aƱo. No obstante, este contrato se entenderƔ siempre como una muestra de amor total entre los dos.
Art. 1.- Yo, __________________, ya que tú me amas tanto que te ofreces voluntariamente a servirme como cornudo sumiso el resto de nuestras vidas, te acepto tu gentil ofrecimiento, tu renuncia a tener algún derecho sobre mí, así como tú obligación de asumir por contra todos los deberes para conmigo, demostrÔndome constantemente con tus humillaciones que sólo me amas a mí, que sólo me deseas a mí, que soy el centro de tu existencia, que me necesitas para vivir, que me entregas tu libertad y que estÔs ansioso por seguirme para siempre a donde yo quiera llegar y llevarte. Y que te sientas orgulloso de ser exclusivamente mío y de que tu placer sea ver el mío, al hacerte cornudo y humillarte.
Art. 2.- Yo por mi parte sólo me comprometo a dominarte cada día mÔs, a poseerte completamente, a cuidarte como esclavo, a hacerte cornudo y a amarte sinceramente, llevÔndote con mis humillaciones cada día mÔs lejos en tu sumisión a mí, en tu necesidad vital de sentirte cornudo y humillado. Espero que no te arrepientas porque una vez que firmes mÔs abajo, serÔs mío para siempre física, y mentalmente, aceptando mi voluntad que a partir de ahora serÔ también la tuya. Tú dejarÔs de existir como persona y sólo serÔs un instrumento de mi voluntad, de mis deseos y de mis caprichos, en los que tú estarÔs sufriendo por mí mientras que yo disfruto de tu humillación.
Art. 3.- Yo, como tu dueña y señora, tengo libertad absoluta para todo y tú no tendrÔs libertad absolutamente para nada. Sin excepciones. TendrÔs que pedirme permiso hasta para ir a mear. Yo podré hacer lo que me dé la gana, aunque siempre te lo comentaré para que goces con el poder que tengo sobre ti al hacer lo que me dé la gana, lo que me salga de mi hermoso coño.
Art. 4.- Y por supuesto yo podré follar con quien quiera, donde quiera y cuando quiera, mientras que tú no podrÔs ni mirar a una mujer por la calle. El que mires a otra mujer serÔ sancionado con el mayor castigo. Tú fuiste amigo cornudo, serÔs novio cornudo y cuando nos casemos serÔs marido cornudo. Te morirÔs siendo cornudo y eso para ti ha de ser un motivo de orgullo.
Art. 5.- Tú única misión en la vida, y de lo que te queda de ella, es ser cada día mÔs cornudo, humillarte mÔs y darme a mí placer, estar a mi servicio para darme gusto, para procurar que goce y que me corra. Tú, por el contrario no podrÔs correrte sin mi permiso. PodrÔs acariciarte pero sin llegar, porque si te corres sin mi permiso te castigaré con la mayor pena que un ama le puede dar a un hombre como tú: Que no te haga cornudo ni que te humille. Si incumples este artículo podrÔ ser motivo de la rescisión de este contrato.
Art. 6.- Por casa irÔs siempre desnudo y vestido sólo con mis braguitas, saldrÔs a la calle con ellas bajo el pantalón y al día siguiente te las quitarÔs para ponerte las que yo me quite ese día, para que así sientes junto a tu polla la tela que ha tocado el coño de tu ama, el que todos se pueden follar menos tú, y te sientas así constantemente cornudo. Las bragas serÔn tipo tanga transparente para que se puedan apartar con un dedo y que así tu polla y tus huevos estén mÔs a mano. Y al ser transparentes estarÔ a la vista, exhibida, para que todos vean como se te pone dura cuando te humillo y te hago cornudo.
Art. 7.- Cuando aparezca ante ti con mis tetas al aire o por encima de mi sujetador, te arrodillarÔs inmediatamente ante mí como señal de respeto, devoción, entrega, adoración, sumisión y beatitud hacia mí. Siempre procuraré estar ante ti con ellas al aire para que su omnipotente presencia te obligue a hincarte de rodillas ante ellas. Mis tetas serÔn el símbolo de mi dominio hacia ti y de tu sumisión, por lo que para besarlas o simplemente rozarlas, habrÔs de pedirme siempre permiso que sólo te concederé cuando te hayas portado como un buen cornudo, cuando hayas sido mÔs cornudo que el día anterior. Por supuesto, mis machos podrÔn besarlas, tocarlas, amasarlas, sobarlas, morderlas, pellizcarlas e incluso correrse sobre ellas cuando quieran, como quieran y donde quieran. Entonces, una vez que mis machos se hayan corrido sobre ellas, yo restregaré su leche sobre mis pezones y podrÔs chuparlos, lamerlos y beber de mis tetas, de mis pezones, la leche del macho que te ha hecho cornudo. Sólo entonces, porque para ti son, y serÔn siempre, un símbolo de majestad, respeto, adoración, sumisión, pleitesía y reverencia. GrÔbate esto en la cabeza, porque mis tetas son el símbolo de mi dominio sobre ti y de tu sumisa condición de cornudo.
Art. 8.- Yo haré todas las gestiones que generalmente hacen los hombres, los cabezas de familia: Dispondré de las cuentas bancarias a mi nombre, porque las mías seguirÔn siendo sólo mías y en las tuyas me autorizarÔs a mí como cotitular para que yo pueda sacar el dinero. Luego, me entregarÔs la libreta y la tarjeta para que sólo yo pueda sacar dinero de ella. Y todos los demÔs servicios estarÔn a mi nombre como el teléfono, el agua o la electricidad.
Art. 9.- Si la asistenta no puede venir tú serÔs el encargado de las labores domésticas y para tal menester llevarÔs un pequeño y redondeado delantalito blanco de doncella francesa. Sólo eso, para que tu culo y tu polla estén expuestos a mis caricias mientras friegas los platos en la cocina. Si viene la asistencia, la obedecerÔs también a ella por delegación porque estarÔ por encima de ti en la escala.
Art. 10.- Todos los días te doblaré sobre mis muslos como un niño y te daré 10 zapatillazos en el culo, te hayas portado como te hayas portado, y aunque hayas sido un bendito, como símbolo de que mi poder sobre ti es arbitrario, a mi capricho, y para evitar que yo pueda relajarme en mi estricta severidad hacia ti y que tú puedas tomarlo como un símbolo de debilidad. SabrÔs que, pase lo que pase (aunque haya un terremoto), todos los días vas a ser castigado, todos los días vas a sufrir por tu ama y todos los días te sentirÔs esclavo cornudo. Si no cumplo este requisito, si se me olvida, se podrÔ dar por zanjado el presente contrato. Para los castigos llevaré siempre las tetas al aire y cuando veas que aparezco ante ti con su omnipotente majestad, ya sabrÔs lo que se te viene encima. Arrodíllate y reza.
Art. 11.- Los azotes (tanto los 10 diarios obligatorios como los demÔs cuando te castigue), serÔn livianos o mÔs duros según el criterio de mi exclusivo placer, te los aplicaré siempre estando doblando sobre mis muslos como un niño malo y podrÔn ser con zapatilla, correa, pala de ping-pong, a elegir por mí según mi gusto y capricho. Y te los podré dar por cualquier motivo, sin causa aparente, porque se me antoje o se me encapriche. Sin dar explicaciones. Entre un azote y otro pasarÔ algún tiempo durante el que me darÔs las gracias y yo te excitaré humillÔndote, llamÔndote cariñosamente cornudo. Queda claro que con ellos no se busca el dolor por el dolor, sino que sientas mÔs mi posesión sobre tu cuerpo y que puedo hacer con él y contigo lo que me pete. Una vez cumplido te felicitare por ello con muestras de cariño y te diré que te quiero. Y si lo has aguantado bien, sin rechistar y agradecido, te colocaré la cabeza en mi brazo y te daré de mamar de mis tetas como un niño.
Art. 12.- No obstante te tratarƩ siempre con cariƱo e incluso con ternura, como una madre que castiga a su hijo, sƭ, pero porque lo quiere; pero cuando tenga que decidir, demostrar mi poder y sentirme ama, no tendrƩ ninguna muestra de debilidad, serƩ severa, estricta y jamƔs te perdonarƩ un castigo para que no lo tomes como un sƭntoma de debilidad y me pierdas el respeto.
Art. 13.- Cuando te vaya a humillar me pondré las ropas interiores que a ti te gusten, que tú elijas, para que así me desees aún mÔs, me anheles mÔs y te humilles mÔs al saber que ese cuerpo de diosa que tanto adoras, sólo estÔ a tu alcance para servirlo, para darle placer y para recibir de él, a cambio, los maravillosos cuernos que luces como sumiso cornudo. Yo, por mi parte, siempre te mostraré mis hermosas tetas para que te sientas así mÔs sumiso, para dominarte con ellas, para imponerme con ellas sobre ti, mientras estÔs arrodillado y ves desde abajo como te dominan excelsas. Si llevo sujetador las sacaré por encima para que siempre estén a la vista y se impongan sobre ti. Llevaré también sandalias de alto tacón que tanto te gustan, cornudo mío, para demostrarte que estoy siempre en un plano superior, que soy tu reina. Siempre llevaré las uñas muy cuidadas como símbolo exterior de mi dominio sobre ti y para que cuando te agarre de los cojones, te lo apriete y te las clave en ellos sientas mi poder de hembra sobre ti, macho sumiso. Y para que cuando las mires o te las enseñe, desees con toda tu alma que te pajee y que sufras de gusto sólo de pensarlo. Cuando estemos en público y te las enseñe o muestre, ya sabrÔs lo que quiero y acercaras tu cara a mi cara para oír mi orden. Y si estamos solos te pondrÔs de inmediato de rodillas para oírlas.
Art. 14.- LlevarÔs con cariño, cuidado y esmero un Ôlbum en cuya portada estarÔ la foto de tu triste polla flÔcida y en el interior la de todas las duras pollas que te han hecho cornudo, que me han follado y me han dado gusto. Cuando vengan mis amigas de visita les mostrarÔs el Ôlbum y les comentarÔs cómo cada una de esas pollas te ha hecho cornudo.
Art. 15.- Cuando decida que te puedes correr, lo harÔs después de que yo te haya follado como una vulgar puta, con un consolador que ataré a mi cintura para que te sientas como una sumisa nenita, mientras que yo hago del macho que tú no eres, ni nunca serÔs.
Art. 16.- Cuando reciba a mis machos, a los hombres que te han de hacer cornudo, podré vestirte de doncella francesa con delantalito pequeño, para que así nos sirvas las copas y el café, o para que nos atiendas de esta facha mientras follamos y te ponemos los cuernos. Mientras follamos, mientras te hacemos cornudo, has de permanecer siempre de rodillas y en silencio, como muestra de respeto al acto mÔs importante y sagrado que existe en tu vida. También podré acostarte a ti boca arriba en la cama, yo me pondré a cuatro patas sobre ti y le ofreceré el coño a mi macho para que me folle, mientras te digo a ti, cara a cara, cómo me folla el coño, como me clava y como gozo con su polla. Y tú podrÔs ver encima de ti, sobre mi cuello, como la llavecita de tu cinturón de seguridad se bambolea junto a mis tetas, conforme él me embiste con su polla, me folla y me hace gozar como un verdadero macho. Y te besaré y lameré los labios para que recibas la saliva de mi gozo en tu boca, el gozo que otro hombre me provoca, mientras te digo al oído que eres un cornudo, que te estoy haciendo cornudo y que todavía vas a ser mÔs cornudo.
Art. 17.- Cuando te haya puesto los cuernos y nos quedemos solos, te demostraré con cariño, ternura y mimos, cuando te quiero, cuando me gusta que seas así, y te besaré y acariciaré con ternura para demostrarte que te quiero. Entonces podrÔs besar y lamer el cuerpo que amas, que adoras, que sirves y que te ha hecho cornudo, pero con el respeto y la devoción del altar sagrado que es para ti.
Art. 18.- Cuando regreses de la calle lo primero que harÔs es arrodillarte ante mí y lamerme el coño o el culo, según esté cara a ti o de espaldas. MeterÔs la lengua dentro de mi coño o de mi culo y lo lamerÔs hasta que me corra o hasta que yo te diga basta. Igual has de hacer para despertarme todas las mañanas y antes de levantarte para traerme el desayuno.
Art. 19.- Cuando quiera ver la televisión o leer tranquilamente, me sentaré en una silla de playa a la que le habrÔs hecho un agujero para que quepa mi culo, meterÔs un almohadón debajo y te acostaras bajo ella boca arriba sacando la cabeza por el agujero, para que así puedas lamer y besar mi culo, y mi coño, mientras descanso, o veo la tele. En estos casos yo te acariciaré la polla con mis pies sin que puedas correrte, para torturarte a fuego lento, excitarte y provocarte, sin que puedas satisfacerte. Si alguna vez te permito correrte serÔ siempre dÔndote por el culo con el dildo como una vulgar puta o acariciÔndote con mis pies. Cuando llame a mis amantes, a mis machos, me sentaré también en esa silla contigo debajo, por supuesto, y te acariciaré con los pies para que sufras y goces aún mÔs.
Art. 20.- Te haré tatuar. Te llevaré a que te tatúen en el culo las letras de mis iniciales, que llevarÔs marcadas para el resto de tu vida para que todos sepan al verlas que eres mis cornudo sumiso. Y lo lucirÔs en las playas nudistas a las que te lleve, para que cualquier otra ama, o cualquier mujer, sepan al verlo que eres mío, de mi propiedad, y que tengo todos los títulos de propiedad sobre ti.
Art. 21.- Si mi amante es bisexual y él lo desea, podré obligarte a que le chupes la polla para darle placer y que así me pueda volver a follar aún mejor. O a que cuando yo me haya puesto encima de él al borde de la cama y me haya clavado en su polla, tú le lamas los huevos para que se le ponga aún mÔs dura y pueda así follÔrmelo mejor. Y así verÔs en butaca de primera como mi coño sube y baja sobre su hermosa polla, como follo con un hombre de verdad que no gasta bragas como tú.
Art. 22.- Tú cuerpo me pertenece y podré chuparlo, lamerlo, besarlo, pellizcarlo, y servirme de él para darme gusto, por lo que tendrÔs que cuidarlo con esmero como instrumento de uso de placer de tu amada ama. No podrÔs beber alcohol, fumar o hacer cualquier otra cosa que pueda estropearlo. El mantenerlo Ôgil y esbelto para el disfrute de tu ama, serÔ una de tus obligaciones.
Art. 23.- PodrƩ entregarte a otras amas, o pareja de ama/o, siempre en mi compaƱƭa y presencia, y los obedecerƔs a ellos como a mƭ misma y sin importarte cuƔl es el motivo o la causa por la que te entrego.
Art. 24.- LlevarÔs un cinturón de castidad permanente cuya llave colgarÔ de la cadenita que yo llevo en la cintura y que uso para follar. Así, cuando me veas moverme al impulso de las pollas de mis amantes, te sentirÔs mÔs humillado. Cuando salga a la calle la llave la llevaré en una cadenita del cuello para que todos puedan verla aunque solamente tú yo, y quien yo quiera, sepan lo que significa: que eres un marido sumiso y muy cornudo que es feliz sintiéndose constantemente humillado por su mujer a la que ama con toda su alma, con todos los poros de su piel. Si te pillo intentando quitÔrtelo te castigaré de la forma que crea conveniente.
Art. 25.- Yo por mi parte me comprometo a acariciarte, besarte, lamerte con ternura y pasión para excitarte, tenerte constantemente excitado por mí con un anhelo que yo sólo podré satisfacer. Y a excitarte constantemente y provocarte perversa con ropita interior sexy, palabras, posturas, caricias y otros procedimientos que considere oportunos para tenerte cada día mÔs rendido a mí al tenerte excitado y no permitirte satisfacerte. Quiero que tu deseo por mí sea constante, inextinguible, infinito, sin interrupción, sin ninguna medida con nada. Seré así la dueña y señora de tu placer y te cocerÔs a fuego lento deseÔndome constantemente, con tu polla empalmada y torturado por un deseo que no te dejaré satisfacer. Cuando vayamos por la calle o estemos ante nuestros amigos, te besaré y acariciaré en público para excitarte y que te sientas humillado y poseído al tenerla dura en público, pero encerrada en mi jaula y en mi cÔrcel, que yo sólo puedo abrir.
Art. 26.- Antes de follar con mi amante te pondré desnudo a su lado, compararé tu polla con la suya y aunque la de él sea mÔs pequeña, diré que la suya es mÔs grande, mÔs bonita o que me hace gozar mejor. En la comparación siempre saldrÔs perdiendo. Después de follar te pondrÔs de rodillas ante la polla que te ha hecho cornudo y le darÔs las gracias. "Gracias por hacerme cornudo", le dirÔs varias veces, mientras la besas, adoras y reverencias.
Art. 27.- Las doce campanadas de nochevieja me darƔn follando con mi amante para que despidas el aƱo como cornudo y lo empieces como cornudo, como lo que realmente vas a ser el resto del aƱo, los restantes 365 dƭas y el resto de tu vida.
Art. 28.- Podré tener cuantos esclavos sumisos me dé la gana, los que quiera, sin limitación de número, y entonces tú sólo serÔs uno mÔs, aunque seas algo mÔs preferido. Cualquier escena de celos en este sentido serÔ castigada muy severamente.
Art. 29.- Antes de ir a follar con mis machos serÔs siempre el responsable de bañarme y de recortarme luego con una tijera el pelo de mi sexo, para que los labios de mi coño aparezcan siempre enseñando nítidamente mi raja, para que se vean protuberante, claros, sin que nada los tape, y que así pueda excitar mÔs a mis machos cuando los vean y pueda llevÔrmelos antes a follar. Mientras me los recortas yo te humillaré, como es natural, diciéndote lo que ya sabes, lo obvio: que eres un cornudo sumiso que disfruta arreglando el coño de su mujer para que se lo follen otros tíos, que eso sólo lo hacen los cornudos redomados, los consentidores, las putas sumisas y los cornudos de cornudos. Como tú eres.
Art. 30.- Mi despedida de soltera la celebraré yo sola con tres negros. Tu despedida de soltero serÔ conmigo y con los tres mismos negros, pero esta vez poniéndote los cuernos a troche y moche, follando con ellos como loca delante de ti para que te despidas de soltero, como cornudo. La noche de bodas la pasaremos juntos amÔndonos y dÔndonos mimos, pero al día siguiente, al amanecer, te pondré el cinturón de castidad y empezaré a ponértelos a discreción con el primer botones de hotel que parezca por la habitación. Luego me follaré al gerente, al recepcionista y al mozo de las maletas. No abandonaremos el hotel hasta que me los haya follado a todos, como inicio de nuestra luna de miel. En la luna de miel follaré con todo aquel que se cruce conmigo y que me guste, claro, mientras que tú empezarÔs ya a sentir lo que es un cornudo real, un cornudo casado, recién casado, con cuernos con certificado de calidad AENOR.
Art. 31.- Podré salir a la calle cuando me apetezca con una falda muy corta y sin bragas, por ejemplo, cuando vayamos a comer a un restaurante o nos sentemos en una terraza, para que al abrir mis muslos todos vean que no llevo bragas, que soy una puta salida y que el que estÔ a mi lado, comiendo o tomando café, es el cornudo de mi marido que no le importa que su mujer vaya enseñando por ahí el coño a todo el mundo. Antes de salir a la calle a enseñar a todo el mundo mi coño y a insinuar que eres un cornudo, te obligaré a que recortes con una tijera pequeña, muy pequeña, los pelos de mi coño para que se me vea bien la raja y sus hermosos labios. Mientras lo haces te humillaré, como es natural, diciéndote lo que ya sabes y que tanto te gusta oír: Que es imposible encontrar un cornudo como tú que goce arreglÔndole a su mujer el coño para que los demÔs lo vean y disfruten de él por la calle.
Art. 32.- Si aparezco ante ti con mis tetas al aire y no te arrodillas inmediatamente, recibirƔs 10 zapatillazos en tu culo de puta por cada segundo que tardes en hacerlo.
Art. 33.- SerÔs el responsable del cuidado de toda mi ropa interior así como de su lavado, siempre a mano, planchado y colocación en los armarios.
Art. 34.- Cuando estemos sentados en el sofƔ descansando o sin nada mejor que hacer, habrƔs de sentar tu cara sobre mis muslos para estar muy cerca de mi coƱo y poder olerlo, que se te haga familiar, para aprender a conocerlo tan intimidante que has de saber de inmediato por la cercanƭa de su olor y sabor, si estoy excitada, y correr entonces rƔpido a traerme el telƩfono por si quiero llamar a mi macho para que me satisfaga. Con el tiempo, y la prƔctica, has de saber a distancia, oliendo a travƩs de Ʃl, cual es mi estado de Ɣnimo, si estoy en celo, si deseo cariƱo, si deseo humillarte, para anticiparte a mis deseos y servirme mejor, sin que yo te lo tenga que decir.
Art. 35.- Podré obligarte a que muevas el culito en círculos como una putita salida, ofreciéndote para que te follen, pero sin saber quién estÔ detrÔs de ti porque no te permitiré que vuelvas la cabeza y porque los espectadores entraran después y en silencio, se sentaran en el sofÔ y mirarÔn como tú, a cuatro patas, sigues moviendo tu culo de puta en círculos para atraer a una dura polla que te lo folle. PodrÔn ser mis amigas, podrÔn ser mis amantes, podrÔ ser alguna vecina a la que llame para que sepa qué cornudo sumiso eres y que puta zorra estÔs hecha, gracias a mis manejos.
Art. 36.- Yo me comprometo a no dejarte nunca tirado, a permitir que pase lo que pase puedas seguir amÔndome, aunque en silencio, y si por ejemplo, me enamorara de un tío, me casara con él, y quisiera llevar con él una vida normal de matrimonio enamorado, tú vendrías conmigo de mayordomo sin que nadie supiera nada de lo nuestro, para que pudieras seguir amÔndome, pero en silencio.
Art. 37.- Como vas a estar muchƭsimo tiempo en castidad absoluta tendrƔs que aprender a correrte con el pensamiento, en plan mƭstico y sin el concurso de caricia alguna sobre tu polla, o cuando yo te folle el culo con un consolador aprovechando los vaivenes que te darƩ en tu culo de puta, al follarte con mi consolador de cintura.
Disposición transitoria.- Este contrato podrÔ suspenderse a mi voluntad, dejÔndolo sin efecto durante el tiempo que yo estime oportuno y por los motivos que yo considere pertinentes, sin tener que dar explicaciones. Y cuando lo consideré pertinente (es decir, cuando me salga del coño) volverÔ a su vigencia plena y total. Esta potestad es exclusivamente mía, sin que tú puedas decir nada al respecto.
Disposición final.- Quiero que por medio de este contrato seas totalmente mío, que cuando yo goce tú goces con ello, que cuando yo sea feliz tú también lo seas porque yo lo soy. Que seas una prolongación de mí atento a satisfacerme, a humillarte, desviviéndote por lograr mi comodidad, mi placer y mi felicidad. Que seas parte de mí, me pertenezcas, me ames con locura y te entregues totalmente y sin miedo para complacerme, servirme, formar parte de mi personalidad y de mi carÔcter. Quiero ser feliz y sentir placer al saber que para tu felicidad necesitas como el aire que respiras el depender de mis gustos, de mis caprichos, de mi voluntad, de mis humillaciones, de mi ser. Y que tú seas feliz y dichoso con ello porque así yo te amaré siempre. Yo soy así y quiero que tú seas feliz al saber que lo soy, que siempre seré así y que nunca voy a cambiar. Tiembla porque soy muy exigente.
Por tanto, si estÔs de acuerdo con todos los puntos y términos del presente contrato, firma y prepÔrate para ser exclusivamente mío, de mi propiedad, para obedecerme complacidamente en todo lo que yo desee, en todas las humillaciones que te aplique y para ser feliz con ello. Mi placer pasa por tu humillación, no lo olvides.

En ________________ a _____ de ______________de ______

Firma del cornudo sumiso:


SĆ­, quiero y me entrego a tĆ­ como tu cornudo sumiso
Firma de la ama:


SĆ­, te acepto como cornudo sumiso

SI LO DESEAN PUEDEN DESCARGARLO AQUI